El indio contó lo difícil que fue la convivencia con su comunidad al enterarse de su cambio de religión.
El ahora cristiano expresó que le bloquearon el acceso al agua, y el mercado local dejó de comercializarle cualquier alimento.
“Cuando eso no me impidió adorar a Jesús, comenzaron a amenazar mi vida. Aun así, me negué a abandonar al Señor, entonces empezaron a torturarme”, confesó de manera anónima.
Sin embargo, la compasión del hombre lo llevó a orar por las personas cercanas a él para que se sensibilizaran: “Comencé a orar por mis vecinos, pidiéndole al Señor que cambiara sus corazones”, expresó.
Dios obró en los corazones de los vecinos del nuevo cristiano: “Con el tiempo, lentamente, mis vecinos comenzaron a permitirme el acceso al pozo de agua local y comenzaron a venderme comida en nuestro mercado”.
Luego de sus oraciones las relaciones con sus vecinos comenzaron a estabilizarse, al punto de poder convivir en paz con estas personas.
“Mi comunicación con mis vecinos ha mejorado tanto que comencé a compartir el Evangelio con varios de ellos. Alabado sea el Señor, porque muchos se han arrepentido y se han vuelto a Jesús”, testifica.
El hombre aseguró que ahora tiene tranquilidad en su pueblo y que su vida social ha dado un giro.
El indio pide a las personas que oren por su pueblo y por quienes conviven a los alrededores para que acepten el evangelio, dijo el hombre cuya identidad esta oculta para evitar peligros.